Río de la Plata: toneladas de botellas contaminan las aguas

Ricardo Pristupluk (La Nación)

Fecha: 20/09/2015
Por Laura Rocha (La Nación)
Foto: Ricardo Pristupluk (La Nación)

Botellitas, tapitas, bolsas, latas y restos de aceite forman parte de la basura flotante con la que tiene que lidiar el ya contaminado Río de la Plata. Si sólo se toma lo que descargan los arroyos que atraviesan la ciudad, por mes se retiran unos 134.000 kilos de residuos.

¿De dónde viene la basura? Simple: de las calles y veredas en las que las personas la tira y que, por el sistema de diseño de sumideros y desagües, flota y desemboca todo en uno de los cursos de agua más caudalosos de América del Sur.

En la ciudad hay unos 30.000 sumideros que forman parte de la red que escurre el agua de lluvia. Curiosidades: los residuos que más afectan a la red pluvial son las botellitas de plástico de 600 cm3, porque bloquean el curso del agua y también los nexos y conductos pluviales.

“Cada mes, en la desembocadura del arroyo White juntamos una cantidad de residuos equivalente a 300 bolsas de consorcio llenas de basura. Y unos 200 kilos son de botellitas de PET”, explicó Carla Vidiri, de la Dirección General del Sistema Pluvial del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño.

Pero no sólo sucede en la desembocadura del White, en Núñez, lindero a CUBA. En la zona donde vuelca sus aguas el arroyo Vega, la cantidad de botellas recolectadas por mes equivale a ocho volquetes durante el invierno y a 25 volquetes durante el verano. La cuenca del arroyo Maldonado es la que más basura recibe: cada mes se recolectan 54.760 kilos. Le sigue la cuenca del arroyo Medrano, donde se juntan casi 14.000 kilos de basura.

En una recorrida que ayer realizó LA NACION se advirtió que había falta de higiene y una considerable cantidad de peces muertos en los márgenes del Río de la Plata.

Investigación

Un estudio de la Facultad de Diseño, Arquitectura y Urbanismo de la UBA especifica que los basurales son uno de los principales problemas ambientales de las cuencas metropolitanas. En ese estudio consta que la mayor parte de los puntos donde hay concentraciones de residuos están a 200 metros de los lechos de los ríos.

María Semmartin, directora de la licenciatura en Ciencias Ambientales de la Facultad de Agronomía de la UBA, advirtió en un trabajo que “entre 2001 y 2010, la proporción de residuos plásticos aumentó un 5%, a expensas de la de desechos alimentarios. Es razonable pensar que hoy se consume más comida rápida y que, en consecuencia, se descarta una cantidad enorme de envoltorios, bandejas, cubiertos y vasos. Lo mismo sucede con las bolsas del supermercado o con el uso masivo de envases no retornables de bebidas. Claramente, estamos generando más residuos de lenta degradación, con las consecuencias ambientales que esto acarrea”.

Junto con el PET, las bolsas plásticas dificultan el escurrimiento del caudal pluvial. “La cantidad de residuos plásticos que encontramos en las desembocaduras de los arroyos de la ciudad es tan grande que tuvimos que organizar una recolección especial para que los retiren y los puedan reciclar. Y es un trabajo que se hace todos los días”, comentó Ezequiel Capelli, director general del Sistema Pluvial porteño.

Los bordes y los tramos libres de las desembocaduras de los arroyos de la ciudad también tienen basura. Los ocho kilómetros de costa, entre la Reserva Ecológica y la desembocadura del Raggio, también están sucios.

Karina Matte, jefa del Servicio de Limpieza del Río de la Plata, señaló: “Nuestro objetivo es mantener limpio el borde costero y evitar que los plásticos y las botellas lleguen al Río de la Plata, que es nuestro principal patrimonio natural y ambiental. Por semana, recolectamos más de 1500 bolsas de botellas y plásticos que antes contaminaban el río y ahora se reciclan en un centro verde”.

La red pluvial es el nombre que recibe el conjunto de elementos que permite recoger el agua de lluvia de la superficie para después llevarla hasta zonas de descarga donde no puede afectar a los vecinos.

Las costas de San Isidro tampoco están libres de este tipo de desechos. Especialmente después de lluvias y sudestadas. “San Isidro tiene lo que se denomina un borde blando [que no tiene estructuras que detengan el agua] y eso requiere una tarea de mantenimiento permanente. En uno de los aliviadores principales, el de la calle Perú (por donde escaparon los ladrones del Banco Río, en 2006, en el llamado robo del siglo), tenemos un sistema de redes para detener los residuos”, indicó Federico Bereziuk, subsecretario de Espacio Público de este municipio.

“En la última sudestada sacamos 50 toneladas de basura de la costa. Al día siguiente de una lluvia normal se recolectan unas 20 toneladas. El principal residuo es plástico”, agregó el funcionario.

Ayer se celebró el Día Internacional de “limpieza de costas”, que nació en los Estados Unidos para llamar la atención sobre la basura que se arroja al océano y, especialmente, sobre el daño que hace la ingesta de plástico a los delfines y a las tortugas marinas.

Fuente: La Nación